Paisajes del interior: Antología de mujeres poetas de la Patagonia

Sumerjámonos en el testimonio lírico de estas once autoras que cuentan, todas ellas (Liliana Ancalao, Marisa Godoy, Anamaría Mayol, Luciana Mellado, Romina Olivero, Gladys Peña, Aldana Pérez, Aixa Rava, Nanim Rekacz, María Cristina Venturini y Mónica Volonteri) con una amplia trayectoria que nos descubre unas vidas devotas de la palabra, entregadas al estudio y la indagación poética. Atendamos, pues, al habitado silencio de estas páginas, observemos su vuelo, abrazados los versos desiguales, con el calor de una sangre mezclada, a los templos de la alegría, de la soledad, de la angustia, de la esperanza, del recuerdo. Escuchemos a estas mujeres que se contemplan en el espejo del paisaje, que dialogan con su entorno, que reescriben quienes son desde el rumor de antiguas lenguas naturales, silenciadas y arrancadas como una mala hierba, pero siempre presentes en sus latidos y suspiros, en los ecos que tejen amaneceres y ocasos, en sus propios rituales y costumbres, todo erigido y regido por el valor de lo esencial, la conciencia, la flor de la existencia, los motivos.

–Mónica Manrique de Lara,
poeta española

Mujeres patagónicas, poetas universales

Ángeles Rivas
Poeta, periodista y docente


Escribir poesía es un acto de arrojo que como tal conlleva valentía y determinación, emoción y conocimiento, creatividad y metodología, técnica, arte. Además, escribir poesía implica hacer uso intensivo y extensivo del lenguaje, de la palabra. Palabra que en su primigenia humana nace ligada a la del poder curativo. Dice Freud: «Mediante palabras puede un hombre hacer dichoso a otro o empujarlo a la desesperación, mediante palabras el maestro transmite su saber a los discípulos, mediante palabras el orador arrebata a la asamblea y determina sus juicios y sus resoluciones. Las palabras despiertan sentimientos y son el medio universal con que los hombres se influyen unos a otros». (Freud, 1916-17) Ese poder sanador en la génesis del lenguaje humano se mantiene vivo en la palabra poética. La poesía como lenguaje sirve para sanar. La poesía nos sana de la herida de la incompletud de la humanidad. Con la poesía los seres humanos somos capaces de enmendar, denunciar, embellecer, gritar, cantar, enamorar, declarar, aseverar, negar, recrear, y un largo etcétera que podrá abarcar un sinfín de tareas humanas que se logran por medio del género lírico. Escribir poesía es desear difundir (se) para no dejar de ser. Parafraseando a Octavio Paz, si poesía es el decir y hacer entre lo que vemos y decimos, entre lo que callamos y soñamos, entre lo que olvidamos, podríamos asegurar que escribirla es poner en marcha a esas acciones a través del arte del simbolismo y del valor de la palabra.

Ángeles Rivas nació en 1968, en San Carlos de Bariloche, Patagonia argentina. Se desempeña como Profesora de Lengua y Literatura en el nivel secundario y universitario. Realiza, además tareas de correctora de textos, declamadora de poesía, narradora de cuentos, locutora radiofónica en programas de producción propia para difundir  literatura y música hispanoamericana; administra el canal de YouTube Cuentos de mujeres, sitio desde el que difunde audiolibros y otros artículos de interés literario y cultural. Escribe poesía y narrativa. Su obra se encuentra antologada de manera impresa y digital. Ha publicado el poemario Mujer de viento (2019, Editorial Taiken, Bariloche). Algunos de sus poemas y cuentos han sido distinguidos en múltiples concursos literarios en su país natal y en España.