Bestezuelas

Cuentos escritos a lo bestial, aunque de ellos mane la sutileza de una artista con la pluma bien pensada. Cuentos para oler los hierros de la celda y perjurar “si no fuera por estos barrotes, te comería viva”. Cuentos de terror, a veces, de ternura infinita y de lenguaje agudo, con una cierta humildad agazapada. Cuentos breves como balas, como besos de carne fantasma para aquellos que llevan anotaciones. Kianny nos muestra formas de hacer surcos en los límites de la escritura, en la posibilidad de suplantar, de amar, del ser y estar, no como acrobacia, sino como indagación en los vértigos, los vacíos, en la felicidad del desequilibrio. Cuentos “fabulosamente verdes”, fabulosamente hilvanados para degustar a dentelladas secas. Hinque por aquí.
–Rey Andújar

 

 

Flash

Al correr, también liberaba su mente y olvidaba el hambre que le comía los adentros, las madres ajenas, la debilidad creciente de su abuelo y a Luka, especialmente a Luka, su vecino. ¿Cómo les explico? Para Luka la dicha se resumía en patearle las costillas a Tito y verlo revolcándose en el suelo retorcido de dolor. Pero Tito casi siempre era más rápido, demasiado rápido para Luka que, aunque igualmente delgado, no podía con el peso de sus travesuras (así llamaba su madre las explosiones agresivas de su hijo menor). Como esa vez que Luka le rompió el brazo derecho a su hermana por haberse negado a buscarle una cerveza; o cuando tiró una silla por la ventana de su apartamento para verla caer cuatro pisos y partirse en todos sus pedazos. O como esa noche que le disparó a un oficial de policía y corrió a esconderse, topándose con Tito, quien había bajado a comprar unas sopas de vaso para la cena. Al verlo, Tito cambió de dirección y corrió, corrió muy rápido, casi tan rápido como la bala del policía que le atravesó la espina dorsal, llevando su espíritu libre al paraíso de los miserables

 

 

Kianny N. Antigua [República Dominicana, 1979], narradora, poeta y traductora. Trabaja como profesora titular de español en Dartmouth College; y como traductora y adaptadora independiente para Pepsqually VO & Sound Design, Inc. Antigua ha publicado veintidós libros de literatura infantil, cuatro de cuento, dos poemarios, dos antologías, un libro de microficción, una novela y una revista. Ha ganado dieciséis premios literarios y sus textos aparecen en múltiples antologías, libros de texto, revistas y otros medios. Algunos de sus relatos, además, han sido traducidos al inglés, al francés y al italiano. Es la traductora y narradora de la novela Dominicana, de Angie Cruz (Seven Stories Press, 2021); traductora de la novela infantil Una niña rota con suerte, de Ruth Behar (Penguin Random Publishing House, 2022); y de la novela juvenil Nunca mires atrás, de Lilliam Rivera (Bloomsbury/Audible, 2022).