Felipe es su nombre de pila. Felipe avanza por las calles de Léopoldville encaramado en una alta bicicleta danesa. Si Felipe fuera blanco como su amo, las bicicletas que le acompañan en esta mañana de domingo tal vez le hubieran recordado situaciones análogas en Amsterdam, La Haya o Copenhague. Pero Felipe es negro y nunca ha ido más allá de Coquilhatville y eso porque allí le llevaron los amos antes de la guerra de Europa. Al llegar a un cruce, Felipe extiende su brazo izquierdo, logra salir del reguero de ciclistas y se adentra en una calle abovedada de árboles y bordeada de muros y rejas por las que trepan buganvillas amoratadas y enredaderas de flores anaranjadas de esas que los blancos llaman «dedos de hada». Tras recorrer así un centenar de metros, Felipe penetra en un sendero que separa dos jardines. Al estrecharse el sendero, echa pie a tierra y empuja su bicicleta hasta llegar a una verja que abre y vuelve a cerrar cuidadosamente. (primer párrafo de la novela)
Autor de catorce poemarios y de ocho libros de ensayo o traducción, Luis López Álvarez, -en la actualidad Catedrático de Estudios Hispánicos en la Universidad de Puerto Rico-, trabajó varios años en el Congo como periodista de la Radiodifusión Francesa, pasando después al servicio de la UNESCO en diversos puestos como el de “ombudsman “ de la Organización en su sede central de París, o el de Coordinador para América Latina y el Caribe desde la sede regional de Caracas. Fundó y dirigió en Brazzaville el Instituto de Estudios Congoleños y fue amigo y colaborador de Patricio Lumumba -al que consagró su libro Lumumba ou l’Afrique frustrée-, mereciendo que años más tarde el gran poeta y Presidente del Senegal Léopold Sedar Senghor escribiese: “Organizador sabio y ponderado de obras que son la verdadera gloria de la UNESCO como, por ejemplo el libro fundamental titulado África en América Latina; Luis López Álvarez me parece confirmar de manera conmovedora, a través de su itinerario humano e intelectual , que la búsqueda de la identidad sólo cobra sentido y fecundidad cuando se nutre y se prueba en los contactos contradictorios con otras culturas”.