Segundo
Tibio y húmedo me tiendo sobre
El piso que cede bajo mi gesto.
Los gatos rozan el firmamento
Las palmas de tus manos abiertas.
Es el cáliz de la verdad
Un pretexto para saber otra vez
Quién soy y dejar que nuestro edificio
Se desplome limpiamente sobre
El universo que nos acoge.
Soy un hombre metido en problemas
De amor, de trabajo y de fe:
Si de amor se trata debo estar más atento
A las lágrimas, las promesas y las ilusiones
Que pueden ser falsas o reales, quién sabe…
Pero que no dejan de visitarme y sus máscaras
Me dan tristeza y tanto miedo…
En mi trabajo soy un náufrago constante
A veces me sumerjo y trago agua miserablemente.
Otras soy el triunfante arcoiris y un relámpago.
Por lo tanto, debo seguir insistiendo en navegar
Uno y otro día aunque intuya mi destino
Con la certeza de ser siempre laborioso y tierno,
Como un verdugo que ajusticia una a una
Las horas de la vida.
Y de la fe, qué voy a contarles ahora
Sino una historia de amor y de odio
Que me ha metido en todo tipo de problemas.
“Rara Avis es la epistemología convertida en poemas. Un estudio insondable del alma y el cuerpo con sus múltiples definiciones en espacios y tiempos. El alma se manifiesta a lo Santa Teresa, rechazando los sentimentalismos y asumiendo la frase desde su nervio con toda su capacidad definidora; y a lo San Juan de la Cruz, en el convencimiento de que es a través de la metáfora y de la analogía que somos capaces de expresar lo inefable. El cuerpo, son los cuerpos del tiempo: duendes, unicornios, Dantes, mujeres y Ana. Cuerpos deseantes y deseados en los que el adiós es eternidad y la eternidad es el espanto. Rara Avis convoca a todas las aves raras que conforman la literatura, o sea, el estudio de la vida.”
–Alinaluz Santiago Torres, Universidad de Puerto Rico
“Poesía que se asoma con el fulgor de la primera vez al abismo del paso del tiempo. Poesía que viene como manantial, puro y sereno, desde la Edad de Oro de la lengua castellana: Manrique, Lope, los romances anónimos, vueltos a visitar. Poesía que invita al silencio del recogimiento último, donde habita la memoria del verso que es claridad y evocación. Poesía de la única tristeza posible, doliente tristeza del cómo ‘se nos va la vida, tan calando’. Aquí están Lezama, Eliseo, Baquero, Nicolás. Y está Borges. Un libro para reflexionar sobre la función primigenia del verso: tránsito y huella, comunión. No podía ser de otra forma esta Rara Avis en ceremonia de encantamiento. Insisto: esplendor de la lengua castellana es su razón y su misterio.”